- Si quieres a tu master pese a todas las maldades con las que te obsequia.
- Si sabes que no hay nada más maravilloso en el mundo que una buena partida de rol.
- Si sabes que no hay nada más insoportable en el mundo que una mala partida de rol.
- Si prefieres jugar al rol con alguien que te cae muy mal antes que perderte la partida que quieres.
- Si lamentas que en el mundo real los planes estúpidos pero divertidos no funcionen tan bien como los inteligentes pero aburridos.
- Si te cuestionas por qué en el rol los personajes suelen resolver sus asuntos mediante recursos que en el mundo real tú *nunca* usarías.
- Si Hangout, Roll20 o Comunidad Umbría son la celestial metadona que ha llovido del cielo para devolverle la alegría rolera a tu vida.
- Si sueles sembrar tu discurso de palabras que sólo suelen usar los escritores, guionistas y directores de cine (“en este crossover de Mago: La Ascensión y Kult, un monólogo interior extradiegético explicará que el McGuffin del principio es en realidad el flashforward del cliffhanger que narrará cómo los PJ entran in medias res en el segundo capítulo del spinoff que estoy diseñando”)
- Si has hallado en los juegos de rol una exquisita manera de realizarte como dramaturgo, literato o director de cine, amén de hallar una justificación adulta para tu afición ante los críticos ojos de esos profanos incapaces de comprender tu ARTE.
- Si eres una rolera y has tenido que aguantar una hora de charla masculina sobre el daño de las armas cuerpo a cuerpo antes de que te metieran en un insensato combate que terminó en desgracia para tu personaje o incluso en un Total Party Kill (“¡Os lo dije, copón! ¡Yo quería negociar con los kobolds!”).
- Si eres una rolera en una mesa de roleros y te han pedido que seduzcas a un PNJ para obtener algo de él (“¡P-p-pero si mi personaje es un orco macho desfigurado!”)
- Si eres una rolera veterana y alguna vez has aguantado el paternalismo de jugadores varones con menos experiencia que tú (“Voy a explicarte lo básico de tu druida elfa. No te asustes, chica; el rol es como todo: primero duele y luego gusta”)
- Si eres una rolera de verdad y, precisamente porque sabes que hay gente acomplejada en todas partes y que todo el mundo puede mejorar, no vas a dejar de disfrutar de una afición tan fabulosa.
- Si eres un rolero con pene y los anteriores ejemplos te han molestado casi tanto como a la rolera y ya vas de camino a quejarte estentóreamente en tu blog y destruir el universo del que escribe esta porquería.
- Si los juegos de rol te hacen sentir que, al menos en el juego, por fin estás ganando.
- Si los juegos de rol te hacen sentir que, al menos en el juego, por fin estás experimentando algo genuino, auténtico e intenso.
- Si al jugar al rol has sentido emociones que, en intensidad o rareza, para bien o para mal, nunca has experimentado en la vida real.
- Si te falta el aire cuando tu primo insiste en afirmar que sabe perfectamente lo que es el rol porque juega a World of Warcraft.
- Si sientes una gran impotencia a la hora de explicarle a un profano lo BRUTAL-INCREÍBLE-Y-OH-CIELOS-IRREPETIBLE que fue tu última experiencia rolera.
- Si, a estas alturas de la vida, te sigue costando explicarle a tus familiares eso tan raro que haces con tus amigos.
Cuando hace mucho tiempo que dejaste de intentar explicar o justificar lo que haces y te sientes BIEN.