Según la excelente definición que encontramos en este artículo publicado en Primeroderol (1) que hace referencia a un artículo previo en ElsistemaD13 (2) , metajuego es:
“Dícese de aquello que envuelve a un juego pudiendo alterar el transcurso del mismo y que formalmente no se considera parte intrínseca del juego en cuestión”.
Pero lo que, a priori, podría ser una desventaja o un elemento disrruptor en tu juego, y lo que quieres es zambullirte en su atmósfera, puede transformarse en un elemento más que modular para transformar la experiencia de la mesa en algo más profundo y emocionante.
Vamos a analizar los diferentes aspectos del metajuego y cómo aprovecharlo.
Empecemos porque, por lo general, en todas las mesas buscamos sumergirnos lo más posible en la ambientación independientemente de la mecánica que usemos para alcanzarlo. No importa que las reglas del juego estén más orientadas a un sistema narrativo, simulacionista o cualquiera de las variantes que podamos encontrar, todos pretendemos crear un “círculo mágico” (3) impermeable a las interferencias externas (flujo de información externo lo más pequeño posible) y que permita que sólo exista la comunicación interna al juego.
Igualmente, dentro de ese círculo mágico, donde el director ejerce como intérprete entre la naturaleza del mundo de ficción y la percepción de los jugadores (flujo de información con el entorno) podemos distinguir varios modelos en función de la cantidad y tipo de información intercambiada entre ambos grupos y, por lo tanto, entre personajes y entorno; es decir, ¿son los personajes generadores de cambios? ¿Simplemente reaccionan ante los estímulos externos o inician cambios en el entorno que los rodea?
De la misma manera podemos encontrar un flujo de información entre los propios jugadores (flujo de información interno) que puede incluir elementos de dentro y fuera del entorno de ficción.
Si volvemos al punto de partida, encontramos entonces 3 puntos distintos donde encontrar información en forma de metajuego (externo, con el entorno e interno). Vamos a ver qué formas tienen y cómo podemos hacerlas nuestras para aumentar las sensaciones dentro del círculo mágico.
El objetivo no será otro que transformar la naturaleza de esa información en un principio perjudicial, en algo que nos permita aumentar la expectación, ganar en profundidad, ahondar y explorar las emociones de los personajes (y, por tanto, de los jugadores), crear, aumentar o destruir la sensación de pertenencia al grupo y, en definitiva, incorporar el metajuego a la historia principal para hacerla dinámica, parte de una experiencia conjunta y mucho, muchísimo más intensa.
1 – Puedes leer el artículo completo en la web de Primeroderol
2 – El artículo original en ElSistemaD13 puedes leerlo en su web.
3 – Círculo mágico o “magic circle”, término acuñado por Johan Huizinga en el libro Homo Ludens, más información en su entrada de Wikipedia