José María Bua Bernases es Art Director en Grow. En mayo de 2014 sus amigos le organizaron una despedida de soltero y confiaron a Despertalia la actividad principal del sábado por la noche. Atendiendo a la petición de uno de ellos, adaptamos ‘El frío beso del olvido’ al grupo y a ciertos intereses particulares del homenajeado. Dos años después, José María o Txema, para los amigos, sigue recordando aquella intensa noche y así nos lo cuenta en este artículo. Prometemos solemnemente que el autor no ha sido sobornado en modo alguno y que actualmente no se encuentra en tratamiento psiquiátrico. ¡Gracias por tus palabras y hasta la próxima aventura, Txema!
Qué difícil es hablar de una experiencia como la que me viene a la cabeza, una que eriza los pelos de la nuca, y pone la piel de gallina, sin hacer un solo spoiler…
En la vida hay momentos que se guardan como los tesoros que son. Más aún cuando ese momento agrupa tres eventos maravillosos, empapados de lágrimas de alegría y emoción. Por eso es tan difícil hablar del día en que conocí el mundo mágico de Despertalia. Un día que jamás olvidaré.
No sabría decir qué es lo más importante, ese día se juntó un grupo de amigos que hacía tiempo no se reunía como tantas veces había ocurrido antes. El hecho de que ese día fuese mi despedida de soltero tampoco es cosa baladí. Que después de muchos años preparando sorpresas, juegos y diversión para mis amigos y que en esta ocasión me sorprendiesen como tantas veces había hecho yo, eso, no tiene precio. Pero que encima contasen con Despertalia, una gente maravillosa, encantadora y divertida que hizo de aquel día uno lleno de magia, diversión y emociones… bueno… es la guinda del pastel.
Desde que llegaron Laura y Miguel, los chicos de Despertalia, las sorpresas abarrotaron la escena. Una detrás de otra, todos, desde mis amigos, hasta yo mismo, teníamos los ojos como platos escuchando ensimismados el discurso de Miguel, que nos contaba qué es lo que iba a suceder.
Cuando dieron las tres de la mañana y vi partir a mis nuevos amigos, aún no había bajado de la nube en la que me encontraba. Había sido toda una tarde/noche jugando, investigando, charlando y en ocasiones, paralizado por la congoja, siempre metido en el personaje que me habían asignado para esta aventura.
El entorno era casi lo de menos. De nada sirve decir que estábamos en la sierra de Gredos, en una bonita casa rural. Todo eso cambió en nuestras cabezas en el momento en que Miguel Ángel, el narrador, y uno de los personajes de este juego, dio la voz de acción. Ya no estábamos en Gredos, estábamos en un nuevo escenario, nuevo para nosotros, pero no para nuestros personajes. Todo lo que ocurrió entre ese momento y el debate final tras haber jugado, eso no os lo voy a contar, eso hay que vivirlo. Solo decir que la diversión nos corría por las venas.
No puedo decir más que las ganas de volver a disfrutar con las aventuras de Despertalia no han cesado, y podría pasarme la vida saltando de una a otra de sus historias.
¿Que si es recomendable vivir una experiencia Despertalia? Bueno, recomendable no sé si es la palabra… ¿Es imprescindible? Sí, sí y mil veces sí. Para recordar la diversión como cuando la imaginación era nuestro campo de juego, para vivir aventuras de verdad, para emular a los protagonistas de nuestras películas favoritas, libros o personajes que siempre soñamos ser.
Sí, amigos, es recomendable, imprescindible y maravilloso conocer la magia de la mano de Despertalia, gente maja donde las haya. Siento no poder decir más, me faltan palabras y no quiero desvelar nada, solo que el final sobrevive la DIVERSIÓN.