Podrías tener el rol en las venas si…
Te has metido tanto que ya no puedes dejar de hacerlo. Llámalo síndrome de abstinencia, mono o Pavofrío: estás enganchado pero eso no es necesariamente malo. El rol todavía es capaz de poner gran parte de tus emociones más profundas a flor de piel. ¡Aquello que no nos mata, nos hace más extraños!